El polen no es el único alérgeno de origen natural que está presente en la atmósfera. Junto con el polen la presencia de esporas de hongos en el aire puede ser también un riesgo para la salud de los ciudadanos.
Las esporas de hongos representan el grupo mas numeroso, contándose hasta cientos de miles en las muestras de aire analizadas, por encima incluso de los granos de polen. Su tamaño varia entre 3 y 100 micras, aunque lo mas frecuente es que sean menores de 20 micras. Estas esporas forman parte del proceso aerobiologico que comienza por la producción de las partículas desde la fuente originaria, su transporte, deposición e impacto sobre cualquier objeto.
Las esporas pequeñas y de baja densidad pueden ser transportadas a largas distancias y a diversas alturas. La temperatura, la fuerza del viento y la pluviosidad son factores decisivos en este proceso. Una colonia de Penicillium puede producir 400 millones de esporas, que esta claro, se diluyen durante el transporte aéreo; las concentraciones medias aéreas pueden alcanzar valores medios diarios de hasta 20.000 por metro cubico de aire.
La velocidad del viento actúa como factor de dispersión, mientras que los cambios de humedad relativa del aire provocan la liberación de las esporas. De este modo millones de esporas invaden el aire despues de un dia de lluvia y, sin embargo, estan ausentes en un dia seco. Por otro lado, la lluvia ejerce un efecto limpiador de la atmosfera, en pocos minutos las concentraciones de esporas pueden disminuir drasticamente.
Por su cantidad y por su pequeño tamaño, las particulas fungicas pueden ejercer un importante papel en las alergias respiratorias. Entre los más importantes por su presencia casi constante en el exterior y por su posible alergenicidad son, entre otros, Alternaria, Cladosporium, Curvularia, Fusarium..
A estos hay que añadir los generos Aspergillus y Penicillium, mas abundantes en el interior de los edificios y responsables, en ocasiones, del sindrome del edificio enfermo.
Concluyendo, los hongos se encuentran en cualquier lugar con calor, humedad, oxigeno y nutrientes. Pueden encontrarse en el hogar (en baños y cocinas), en jardines (cesped) y, especialmente, en bosques (en zonas humedas y sombrias).
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