miércoles, 15 de junio de 2011

Resistencia a los Antibióticos II

En la linea del artículo publicado anteriormente sobre la resistencia a los antibióticos, vamos a incidir en el problema y tratar de entender su importancia y magnitud para, así, poder actuar en consecuencia. 

Como sabemos, los antibióticos funcionan contra las infecciones causadas, básicamente, por bacterias, pero no funcionan contra ninguna infección causada por virus. Los virus son los causantes de resfriados, gripe y la mayoría de toses y dolores de garganta.

El problema de la aparición de resistencias se ha debido a su uso masivo o inadecuado (por ejemplo no seguir correctamente la pauta establecida por el médico) de estos medicamentos.

A nivel individual nos puede afectar porque tardaremos más en sanar de una infección o, incluso, empeorar. También puede requerir de hospitalización o el uso de tratamientos alternativos.

A nivel global, el problema es cada vez mas importante y, si no se toman medidas, su solución estaría cada vez mas lejana con las implicaciones que eso puede suponer.

Diferentes organismos internacionales y gubernamentales están lanzando campañas informativas a su población para concienciar a los ciudadanos del correcto uso de estos medicamentos y evitar que el problema se convierta en irreversible.

Algunas publicaciones divulgativas de Estados Unidos hacen referencia a la inconveniencia de emplear los antibióticos en aquellas enfermedades causadas por virus y desaconsejan también su empleo para prevenir infecciones bacterianas. Aconseja el empleo de antibióticos solo cuando el médico lo recete e insiste en lo importante que es, también, cumplir el tratamiento de forma completa, tal y como lo prescribe el profesional.

Por el contrario, desaconseja su empleo sin ningún tipo de control médico, informando de pautas y consejos útiles para prevenir enfermedades y reducir la necesidad de usar estos medicamentos.

En España, el Ministerio de Sanidad en un informe oficial compara la situación de España con otros países europeos y occidentales (Estados Unidos  y Canadá) y confirma la desfavorable situación presente.

El informe entra de manera detallada en las diferentes familias de antibióticos y en la existencia de una resistencia múltiple (a tres o más familias de antibióticos) lo cual dificulta las opciones terapéuticas alternativas.

También estudia el fenómeno de la resistencia en función del germen (E coli, Staphylococcus aureus..)

Entre las conclusiones que aborda el anterior informe destaca, por ejemplo, que España es uno de los países europeos con mayor consumo de antibióticos por habitante; también España se encuentra entre los países con mayor automedicación con antibióticos. Y, tercero, reconoce que muchos procesos patológicos son de origen viral y, por tanto, no susceptibles de recibir tratamiento antibiótico.  

Otro factor que influye en el alto consumo de este tipo de medicamentos es la presión que enfermos y padres ejercen sobre los facultativos para que este prescriba un determinado tipo de fármaco, en este caso antibióticos.

De todo lo anterior, concluir que si no queremos que el problema se agrave, debemos entender la necesidad de hacer un uso más racional de los antibióticos, donde el papel de los profesionales sanitarios es esencial, pero también con el papel activo de la población, informándose y mentalizándose de un uso  responsable de los antibióticos y, en general, de todos los medicamentos.








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